RESPUESTA A ALVARO DOMECQ.

En Sevillataurina.com, el ganadero del Conde de la Maza y el presidente de la Unión de Abonados de Sevilla, Diego Martínez, no han tardado en responder a Alvaro Domecq y su polémico artículo "La mujer del guarda".

El ganadero del Conde de la Maza ha declarado "Muy bonito el artículo; sí señor. Pero, antes, hace años, cuando a él y la familia, le embestían los toros, los corrales eran los mismos, la misma gente asistia a los reconocimientos y se hacian los mismos comentarios. Parece ser que ahora que no embisten o salen mansos o son más chicos o se echan en medio de la faena, después de pasar por el caballo -que no picarse-, la culpa -ahora- es de los corrales, o del color del albero o de la altura de la plaza o que la puerta de los chiqueros es muy grande"

"Excusas todas, pero el fondo de la cuestión no se dice. Sería bueno que este fondo de la cuestón se pusiera en público por aquellos que han llevado a la cabaña brava a esta situación. Y digo por aquellos que lo han conseguido, no implico a todos los ganaderos, la generalización nunca es buena y en este caso menos. Ya esta bien de excusas sin sentido".

Diego Martínez, actual presidente de la Unión de Abonados de Sevilla, y exdelegado gubernativo en los equipos presidenciales de la Maestranza ha respondido de la siguiente manera " ...Ahora todo ha cambiado y precisamente no por los corrales, sino de los ganaderos que son los que seleccionan al dictado de las figuras el toro borrego que no luce en el caballo y llega a la muleta sin fuerza,al paso y sin emoción."

NOTA PROPIAS:

1º) Agradecimientos a Oselito por la observación.

2º) El Conde de la Maza es Maestrante. Y su ganadería, precisamente NO es una garantía de bravura.

3º) Siendo verdad que los corrales son los mismos de siempre. La empresa y la propiedad deben pensar en reinvertir parte de los beneficios en ir mejorando todo lo relacionado con la Fiesta de los Toros, y es urgente cuidar el elemento TORO y todo lo que le condiciona.

4º) Es evidente que hay mucho descaste en el campo bravo. Pero en Sevilla las condiciones se agravan. Que cada uno cumpla con su papel.